COVID-19 aqueja a hogar para personas de la tercera edad de Roseland

Irving Gifford, de Santa Rosa, creció durante la Gran Depresión. Durante la Segunda Guerra Mundial, sobrevivió a dos ataques de malaria en Filipinas, donde dio su servicio en el Ejército de los Estados Unidos como policía militar.

Tras casarse en Las Filipinas, él y su joven familia se instalaron en San Francisco, donde trabajó en los astilleros antes de mudarse a Santa Rosa y convertirse en un padre de familia que se quedaba en casa, luego de sufrir dos ataques cardíacos en sus años de madurez.

Hoy, su hija, Adele Walker, teme que su padre, quien cumplió 99 años de edad en junio, no sobreviva al COVID-19.

"En verdad me gustaría verlo llegar a 100", dijo Walker sobre su padre, quien es uno de los 20 residentes que resultaron positivo en la prueba del virus en la casa para ancianos St. Francis Assisted Living en el sector Roseland de Santa Rosa.

“Mi papá es un veterano de la Segunda Guerra Mundial que luchó contra la malaria dos veces y no recibió los mismos cuidados que Chris Christie, el presidente o cualquier otra persona”, dijo. "Él ha tenido que valerse por sí mismo".

Ocho miembros del personal también dieron positivo, según un empleado del centro que pidió permanecer en el anonimato.

Walker dijo que teme por la salud de su padre, porque el asilo tiene poco personal y ha tenido problemas para encontrar trabajadores que reemplacen a los que se han enfermado. Hasta ahora, su padre está asintomático, pero dijo que esperaba que la división de Salud Pública del Condado hiciera más para encontrar los trabajadores de reemplazo y el personal médico necesarios para cuidar de los residentes.

Rose Wilbor, propietaria del centro con su esposo, George, dijo que ha podido contratar a algunos trabajadores de la agencia esta semana para cuidar a los residentes, pero se necesita más ayuda.

"Estamos tratando de solucionar el problema", dijo Wilbor.

Hasta el miércoles por la tarde, 15 residentes que tienen COVID positivo siguen en el centro, mientras que cinco han sido transportados al hospital esta semana, dijo el empleado.

La Doctora Sundari Mase, Oficial de Salud del Condado, dijo que el personal de salud pública actualmente brinda asistencia técnica a la instalación, junto con especialistas estatales en enfermedades infecciosas. Mase dijo que el Departamento de Servicios Sociales de California, entidad que regula las instalaciones de cuidado residencial, está ayudando a la División de Salud Pública del Condado a encontrar personal adicional para la instalación.

“Creo totalmente que podemos brindar más ayuda”, dijo Mase.

Crista Barnett Nelson, Directora Ejecutiva de Senior Advocacy Services, una agencia regional que dirige el programa Ombudsman de atención a largo plazo del Condado de Sonoma, rogó a los funcionarios estatales y del Condado a responder con prisa.

Barnett Nelson dijo que el Estado podría agregar una empresa de administración que se haría cargo de la operación del centro, aunque no está claro cuánto tiempo tomaría eso.

"Cuando estás enfermo, estas cosas no pueden tardar tanto", dijo. “Necesitamos tener una pronta respuesta. La gente está acostada en la cama con fiebre. No pueden esperar una semana".

El martes por la noche, los funcionarios de salud locales dijeron que el virus se había cobrado la vida de cinco residentes locales más, lo que elevó la cifra de muertos por la pandemia en el Condado de Sonoma a 134. De estos, al menos 105 residentes vivían en hogares especializados o centros de atención residencial para personas de la tercera edad.

Las personas de la tercera edad continúan dominando la lista de muertes locales. Estos incluyen un residente masculino de un centro de enfermería especializada que tenía más de 64 años de edad y murió el 13 de octubre. Otro hombre entre 50 y 64 años de edad que no vivía en un hogar de ancianos murió el 15 de octubre.

Dos hombres mayores de 64 años que vivían en centros de atención residencial murieron el 16 y el 17 de octubre, y un hombre que tampoco era residente de un hogar de ancianos murió el 19 de octubre. Barnett Nelson dijo que, hasta donde ella sabía, ninguno de las muertes recientes fueron residentes de St. Francis.

Durante el verano, los 20 centros locales de enfermería especializada del Condado se vieron gravemente afectados por el virus, y algunos de ellos reportaron decenas e incluso veintenas de casos de COVID-19 entre el personal y los residentes. Mas en los últimos meses, los funcionarios de salud pública han reportado de una disminución significativa en los casos en los hogares de ancianos especializados a nivel local.

Mase dijo que estos centros han podido controlar mejor la propagación del virus. Pero Mase expresó su consternación por la vida asistida local y los hogares de cuidado y alimentación, que suman más de 200 en el Condado.

“Existe la posibilidad de que se introduzca mucho más COVID en esas instalaciones si tenemos más transmisión comunitaria”, dijo. "Creo que estamos viendo un repunte en esas instalaciones".

Walker, hija del residente del centro St. Francis Assisted Living, dijo que no le echa la culpa al personal de la instalación, donde su padre ha vivido durante dos años. Ella dijo que están tratando de hacer todo lo posible, pero simplemente no cuentan con el equipo para manejar una situación en la que todos en el centro tienen el virus.

A diferencia de los hogares de ancianos especializados, los hogares de vida asistida y de alojamiento y cuidado no son centros de cuidados médicos y no brindan el mismo nivel de atención médica. Los hogares de ancianos especializados, por ejemplo, requieren suficiente personal de enfermería para atender a los pacientes.

“Solo quiero que la salud pública intervenga y les consiga ayuda profesional para cuidar a los residentes”, dijo.

El padre de Walker ha estado en el centro durante dos años, dijo. Cumplirá 100 años en junio.

Puede comunicarse con el redactor Martin Espinoza al 707-521-5213 o martin.espinoza@pressdemocrat.com. En Twitter @pressreno.

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